Proteger nuestros activos más valiosos

Cada vez hay más informes de que piratas informáticos de estados-nación no amigos han estado sondeando las defensas de nuestras infraestructuras críticas con regularidad. Por si usted no lo sabe, nuestras infraestructuras críticas son 16 sectores considerados fundamentales para el funcionamiento continuo de nuestro país. Incluyen: Química, Instalaciones Comerciales, Comunicaciones, Fabricación Crítica, Presas, Base Industrial de Defensa, Servicios de Emergencia, Energía, Servicios Financieros, Alimentación y Agricultura, Instalaciones Gubernamentales, Sanidad y Salud Pública, Tecnologías de la Información, Reactores Nucleares, Materiales y Sector de Residuos, Sistemas de Transporte y Sistemas de Agua y Aguas Residuales. Aunque cada uno de ellos es importante, todos dependen en gran medida de la energía para seguir funcionando. Esto significa que la generación de energía es la piedra angular del funcionamiento de nuestras naciones y que sin electricidad todos los demás sectores se paralizan.

Por lo tanto, la protección de este sector vital es una de las principales preocupaciones de quienes tienen interés en la ciberseguridad. La protección de estos activos es una defensa en capas que incluye barreras físicas y electrónicas. Las barreras físicas, las vallas, los guardias y otros dispositivos de vigilancia protegen las plantas físicas, pero las barreras electrónicas, las de ciberseguridad, protegen los sistemas digitales que hacen funcionar las plantas. Esas barreras deben, subraya que deben, ser de la mayor protección posible y, además, no graduadas para hacer frente a futuros ataques.

Los malintencionados son inteligentes, astutos e implacables en sus esfuerzos por vulnerar nuestros sistemas. Nosotros debemos ser igualmente inteligentes e implacables en nuestra defensa. Si fallamos, las luces se apagarán.