El engaño por contrato en la enseñanza superior

En el mundo actual, usted puede pagar a alguien para que limpie su casa, haga la compra y le entregue la comida, saque a pasear a su perro y arregle esa tubería que gotea en su sótano. Así que, ¿por qué no pagar a alguien para que escriba ese trabajo de investigación para su curso de inglés?

Pues porque eso entra dentro de lo que se denomina engaño por contrato y es una forma de mala conducta académica.

Entonces, ¿qué es el engaño por contrato? El engaño por contrato es cuando un tercero completa sus tareas, pero usted las entrega como si usted las hubiera completado usted mismo. El engaño por contrato abarca una variedad de escenarios. Por ejemplo, un estudiante puede hacer trampa por contrato si compra tareas en un sitio en línea; obtiene ayuda de otra persona que va más allá de la edición para hacer realmente la tarea; participa en discusiones no autorizadas o comparte las respuestas de una tarea en sitios de intercambio de archivos o sitios de medios sociales; publica o compra las respuestas a un examen, tarea, problema u otro trabajo; o paga a alguien para escribir una prueba o un examen.

Cuando los estudiantes no son plenamente conscientes de lo que constituye el engaño por contrato, así como otras formas de mala conducta académica como el plagio, es más probable que caigan en él. Por eso es importante entender y reconocer lo que constituye una mala conducta académica.

Pero, ¿por qué está tan mal hacer trampas por contrato? Cuando los estudiantes hacen trampas por contrato, esencialmente pagan su título y devalúan el trabajo que otros estudiantes están haciendo honestamente. La práctica de las trampas por contrato es una desestimación del proceso de aprendizaje y de los principios de integridad académica.

Muchas universidades e institutos de enseñanza superior están tomando medidas enérgicas contra las trampas por contrato y están ideando formas de detenerlas. Esto incluye el bloqueo de varios sitios de Internet que dicen ayudar a los estudiantes pero que en realidad promueven la mala conducta académica; la creación de declaraciones firmes en los programas de estudio en las que se aconseja a los estudiantes que eviten estos sitios; la conversación con los estudiantes sobre el proceso de pensamiento necesario para generar una respuesta a una pregunta o problema; la promoción de una amplia variedad de recursos como los centros de tutoría y los servicios de asesoramiento; y el desarrollo de tareas del curso que sean resistentes a las trampas. Según EdSurge, una iniciativa de periodismo educativo proporcionada por la Sociedad Internacional para la Tecnología en la Educación, muchos grupos universitarios también abogan por leyes que faciliten a las universidades la detención de las trampas en los contratos.
Turnitin, uno de los mayores fabricantes de programas informáticos que comprueban los trabajos de los estudiantes en busca de plagio, también vende un servicio complementario llamado Turnitin Originality para comprobar si hay trampas por contrato. Pero aparte de la tecnología, los profesores pueden utilizar un método anticuado si sospechan que se ha producido un engaño por contrato: entrevistar al estudiante para ver si tiene conocimiento de la tarea. Si no saben sobre qué han escrito, lo más probable es que no hayan hecho el trabajo.

Desde 1992, el Centro Internacional para la Integridad Académica (ICAI) trabaja para promover una cultura de integridad académica y desalentar la mala conducta académica. Desde su fundación, el engaño por contrato se ha convertido en una preocupación mundial. Por ejemplo, en 2019, el New York Times destacó el aumento de las trampas por contrato en Norteamérica y, en 2017, el Daily Telegraph del Reino Unido informó de que más de 20.000 estudiantes universitarios compraron ensayos.

Cada año, la IACI encabeza un Día Internacional de Acción contra las Trampas en los Contratos, el 20 de octubre, en el que se insta a educadores, estudiantes e instituciones a tomar partido y promover la concienciación contra la mala conducta académica. La concienciación es fundamental para combatir las trampas y apoyar el aprendizaje de los estudiantes.