Medicina alternativa: Toque terapéutico

El aprendizaje continuo siempre ha sido un aspecto de mi función como enfermera titulada. Este año, empecé a buscar formas de integrar la atención holística a los pacientes. Un colega me animó a explorar terapias alternativas para apoyar mi práctica de enfermería y descubrí el toque terapéutico.

El toque terapéutico es una modalidad de curación basada en la evidencia que se fundamenta en la suposición de que todos los seres humanos tienen campos de energía que se extienden más allá de su cuerpo físico. Creado a finales de la década de 1970 por la doctora Dolores Krieger y la difunta Dora Kunz, el toque terapéutico promueve muchos aspectos de la curación de las personas. Por diversas razones, el campo energético de una persona puede necesitar ser redirigido o reordenado para facilitar la curación física y emocional.

Según la Asociación Internacional de Toque Terapéutico, los profesionales del toque terapéutico utilizan cuatro fases durante una sesión, que incluyen el centrado (y el establecimiento de una intención), la evaluación (mantener las manos sobre el cuerpo del receptor para evaluar el campo energético humano), el reequilibrio (mover la energía a través del campo basándose en las señales de evaluación) y la reevaluación (para asegurar que el campo energético fluye). Los efectos de las tensiones emocionales, espirituales y físicas pueden afectar a la capacidad de nuestro cuerpo para regular la homeostasis. Debido a la gran cantidad de pruebas que apoyan una respuesta de relajación y la estimulación de la respuesta inmune del cuerpo en los receptores del toque terapéutico, decidí obtener una certificación como profesional cualificado del toque terapéutico.

Aunque mi intención inicial de obtener la certificación de toque terapéutico era crear una atención de enfermería más holística para mis pacientes, he descubierto una inesperada autorrealización en su práctica. Para centrarse en entrar en el campo energético de otra persona con intenciones positivas, he aprendido a hacer una pausa y a disminuir el ritmo rápido del entorno de trabajo. He aprendido a crear el espacio para conectar con otro individuo a un nivel superior. También me he vuelto más consciente de cómo mis acciones y mi energía pueden afectar a otra persona. Esta mayor conciencia de sí misma ha tenido un impacto significativo en mi práctica como enfermera.

Mi práctica del toque terapéutico también ha reforzado la necesidad del autocuidado en la enfermería. Como educadora de estudiantes de enfermería, creo que no basta con enseñar y defender el autocuidado, sino que también debo practicarlo. La meditación, la reflexión en silencio y el centrado me ayudan a estar en un estado óptimo para cuidar de mis pacientes y estudiantes. He pasado de ser una enfermera titulada que se anticipaba a las necesidades físicas y emocionales de mi paciente a una enfermera titulada que se conecta con los pacientes para individualizar los cuidados que les proporciono con modalidades de tratamiento adicionales. El tacto terapéutico me ha proporcionado la oportunidad de desarrollar un enfoque más completo de la atención al paciente. Estoy disfrutando de esta nueva vía de aprendizaje profesional a medida que avanzo en la práctica del toque terapéutico.

 

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