Un marinero compagina el servicio y la familia para obtener tres títulos

Como todo marinero sabe, mantenerse en equilibrio es importante para la estabilidad. Y la contramaestre de primera clase Dorothy Jiménez descubrió de primera mano que este estado de equilibrio también se aplicaba a su vida personal. Ahora que se ha graduado tres veces en Excelsior, Jimenez cita el impulso de seguir avanzando en la vida y en la escuela como ayuda para su éxito. No sólo atribuye a su familia el haber aportado equilibrio a su vida, sino también al aprendizaje. "El deseo de aprender me hizo pensar de forma diferente. Siempre he pensado que esto [obtener un título] es más grande que yo, así que me mantuvo centrada; me ayudó a mantener el equilibrio", dijo.

Pero la vida de Jiménez no ha estado exenta de altibajos. Aunque se matriculó en una universidad local después del instituto, no progresaba como esperaba. Como madre soltera, buscaba estabilidad para ella y su hijo y una oportunidad para continuar su educación. Un encuentro con un reclutador de la Marina en el campus lanzó su carrera militar de más de 20 años.

Una vez alistada, una visita a la oficina de la universidad de la Marina la puso en el camino hacia su primer título, un Asociado en Ciencias Aplicadas (Tecnología) en 2007. Recuerda: "Estaba muy entusiasmada con Excelsior, porque prácticamente aceptaron todos los créditos universitarios por mi experiencia militar. Y me ayudaron con un plan". El matrimonio con Daniel, un cónyuge en servicio activo, y el nacimiento de otro hijo fueron otros hitos en la vida de Jiménez, pero también quiso continuar con sus objetivos educativos. "Me mantuve enfocada, yendo tras mis sueños, y seguí avanzando hacia mis metas". Y volvió a graduarse, en 2015, con una licenciatura en Ciencias Liberales.

Cuando ambos cónyuges están alistados, la vida familiar y las actividades educativas pueden ser un reto, especialmente cuando las responsabilidades llevan a los dos en direcciones diferentes. En una ocasión, Dorothy tuvo que asistir a seis meses de entrenamiento cuando Daniel fue llamado a un despliegue de emergencia. En otra ocasión, Dorothy estaba desplegada y su marido estaba reclutando. En ambas ocasiones, sus respectivos padres dieron un paso adelante para ayudar a cuidar de la creciente familia de cuatro hijos, de edades comprendidas entre los 7 y los 23 años.

Cuando Daniel se despliega, Dorothy señala que básicamente vuelve a ser una madre soltera. "Eso es un reto porque servir a mi país es una prioridad equilibrada con la prioridad de criar a nuestros hijos sola. Es duro, tengo que asegurarme de que nuestros hijos reciben todo el apoyo posible. Tuve que sacar tiempo para estudiar, cuidarme y comprometerme con objetivos de fitness. Algunas metas fueron fáciles y otras me costaron, pero aprendí lecciones de vida y experimenté un crecimiento espiritual. A propósito, resiliente en la acción, ¡pero hubo muchos roces y sacrificios!"

A pesar de estos retos, Jiménez siguió adelante con sus estudios. Se quita el sombrero ante la ayuda de los asesores y el profesorado de Excelsior. Admitiendo que se saltó algunos plazos y que repitió un curso o dos, Jiménez le atribuye a su asesor consejos vitales de orientación, ofreciéndole habilidades que sigue utilizando hasta el día de hoy. Se mantuvo en contacto con sus profesores y descubrió que "entendían que era militar en activo, que era madre y que intentaba conseguir algo". También agradece a su actual cadena de mando su continuo apoyo a la educación. Una de las visiones de su actual mando de la Marina es "El éxito se consigue a través de operaciones sincronizadas, potenciadas por el riesgo calculado y el aprendizaje continuo". Cuando vio la luz al final del túnel con sus clases de licenciatura, estaba decidida a continuar y matricularse en un máster. Pero no era tan fácil como apuntarse al programa; tenía que demostrar al decano que tenía lo necesario. Su éxito en una primera clase fue todo lo que necesitó para empezar a cumplir su sueño de obtener un título de posgrado.

Si bien Jiménez aprecia sus títulos universitarios de Excelsior, siente que su Maestría en Administración Pública, obtenida en 2018, es la base sobre la cual construir la ambición máxima de su vida: ayudar a los demás. Espera aprovechar sus cursos favoritos de MPA, mediación y arbitraje, para marcar la diferencia, tal vez como funcionaria pública en la comunidad cibernética.

Ahora, en una encrucijada de su vida, Jiménez puede optar a la transición. Y, por supuesto, está su continua necesidad de crecimiento y de seguir adelante con su educación. Está considerando seriamente la posibilidad de estudiar derecho de la ciberseguridad como su próximo paso, y planea hacer el LSAT este año. "Servir a los demás es mi pasión. Espero que todo lo que aprendí en la Marina se combine en algo excelente y grande para servir a los demás. Si no ayuda a nadie, no creo que merezca la pena hacerlo".

Jiménez dijo que se siente humilde por todos sus logros. Al crecer en un pequeño pueblo de Georgia con nueve hermanos, señaló que no tuvo mucha estabilidad en su vida. En primer lugar, atribuye a su fe, a su increíble marido y a sus hijos, a la familia de su ciudad natal y a sus mentores el haberla animado a proponerse alcanzar sus objetivos, diciéndole: "No importa lo que usted'haya pasado en tu vida, usted siempre puedes disparar a las estrellas y ser quien usted quieras ser."

Al reflexionar sobre sus tres títulos, Jiménez dijo: "Excelsior es una universidad que trabajará con usted, que apoyará a usted sin importar lo que usted'haya pasado en su vida. Cuando usted da ese primer paso, Excelsior dará los demás pasos con usted. Estuvieron conmigo en cada paso del camino con mis títulos y estoy siempre agradecida".